Entre la Espada y la Pared: La Capacidad Militar de Venezuela Frente al Desafío del Esequibo
En el ajedrez geopolítico de América Latina, la reciente ley venezolana que declara al Esequibo como parte de su territorio ha puesto en el foco la capacidad militar de Venezuela para hacer valer sus reclamaciones. A pesar de las dificultades económicas y humanitarias que ha enfrentado el país, parece que en el terreno militar, Venezuela aún mantiene una superioridad técnica y numérica.
Venezuela ha acelerado la construcción de infraestructuras militares en la frontera del Esequibo, incluyendo una nueva base en la isla de Anacoco y pistas de aterrizaje. Además, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, ha declarado que el país ejercerá “todo el poder nacional y militar” para incorporar el Esequibo.
Sin embargo, la diferencia entre Venezuela y Guyana en cuanto a su capacidad para defender el Esequibo puede ser desproporcionada. Guyana, con una población de 815.652 habitantes y un territorio de 214.969 kilómetros cuadrados, contrasta con Venezuela, que cuadriplica su tamaño y posee alrededor de 30 millones de habitantes. Aunque Guyana está experimentando un crecimiento económico acelerado, es en el plano militar donde la superioridad de Venezuela se hace más evidente.
El gobierno de Nicolás Maduro ha adoptado medidas políticas, económicas y militares para gobernar el Esequibo “a control remoto” desde territorio venezolano, al menos provisionalmente3. Mientras tanto, Guyana ha buscado el apoyo internacional, entrando en conversaciones con países como Canadá, Brasil y Estados Unidos para entrenar a sus tropas y reforzar su cooperación militar.
La situación actual plantea interrogantes sobre si Venezuela tiene los recursos logísticos, el personal oficial y el armamento necesarios para llevar a cabo operaciones de magnitud y mantenerlas indefinidamente en el tiempo. Aunque la retórica es fuerte, la realidad en el terreno es compleja y llena de incertidumbres.
La comunidad internacional observa con cautela, consciente de que cualquier movimiento en falso podría desestabilizar aún más la región. Por ahora, la capacidad militar de Venezuela para concretizar su dominio sobre el Esequibo es una pieza clave en este delicado juego de poder.